CRISTINA VASCO –
SIRVALO BIEN NEGRO
Febrero 5 – Marzo 27, 2011
La Casa. Residencias Artísticas. Santa Fe de Antioquia
La existencia en el ámbito legal y la identidad corporal con respecto a los organismos de control, han entablado relaciones, en las cuales, todo individuo es asumido bajo normativas generales, controles políticos, policíacos y sociales, que intentan no sólo establecer procesos de invención, señalización y clasificación, sino además, juicios sociales en los que todo ciudadano está sujeto a planteamientos morales en pro de una seguridad y prosperidad nacional.
Las huellas dactilares, las huellas corporales, los documentos legales como intermediarios de identificación, cédulas de ciudadanía, firmas, sellos y formatos legales de supervivencia, además de los mismos procesos de autenticación, las mismas condiciones y el mismo agente (notario) que hace las veces de notificador y regulador social, son adulterados por la Notaría 65, una notaria falsa desde la cuál se expiden, autentifican y certifican toda clase de documentos identitarios. De esta forma, se entra en un juego absurdo en el que las cuadrillas, los requisitos y los resultados desvarían de lo correctamente habitual, para mostrar una realidad en la que los cuerpos han dejado de encajar bajo estos parámetros y comienzan a desbordar los límites legales, médicos y físicos.
Y es precisamente desde esta pregunta, por el cuerpo, por el individuo legalizado, el ciudadano; en que las prótesis, los cuerpos maquinizados y los cyborgs criollos comienzan a mostrarse junto con la necesidad estos, de ser escaneados, clasificados y descartados continuamente. ¿Qué sucede cuando no se poseen brazos? ¿Cómo se clasifican los vacíos corporales, las extremidades mutiladas, las falencias genéticas? ¿Qué comienza a determinar aquello incompleto cuando el referente Firma, Diente, Huella está ausente? Bajo estos interrogantes, se pone en escena situaciones y consecuencias de la guerra nacional, problemas genéticos, desigualdades sociales y la necesidad constante del ser humano de pertenecer, identificarse, someterse y someter a otros a clasificaciones bajo ordenes morales, de clase, de religión, de condición política, económica y física, en miras de encontrar a sus iguales.
Y son precisamente las condiciones sociales y económicas las que tienen cabida en Sírvalo Bien Negro, una muestra que reflexiona sobre los procesos de esclavitud en Colombia, en la época de la Colonia: la comercialización de negros e indígenas, las dinámicas legales y judiciales, los tipos de trabajos y las condiciones de la vida cultural y familiar; las cuales, se confrontan con la condiciones actuales de algunos campesinos en Santa Fe de Antioquia.
En esta muestra, se explora y se actualiza un discurso supuestamente abolido. Dinámicas comerciales, políticas, sociales en las que la herencia española sigue rondando las condiciones de laborales, la edad de jubilación, las costumbres religiosas y los intereses estatales.
En Sírvalo Bien Negro, cédulas y contratos de esclavos, formatos legales dados en La Colonia, son adulterados con los datos de algunos cafeteros de Santa Fe de Antioquia, campesinos con una reducida calidad de vida, sin edad de jubilación y con una labor que es orgullo a nivel nacional, pero que sigue siendo, un trabajo sin buenas remuneraciones económicas y sin el debido apoyo estatal para los caficultores y sus familias.
16 documentos se exponen y se legalizan a través de la notaria 65, además estos se contrastan con los mandatos y normas dadas desde España en 1789 en la Real Cédula, a partir de una voz de fondo que nos recuerda que los tiempos no han variado mucho, que las condiciones de los agricultores siguen siendo difíciles y que la esclavitud sólo ha cambiado de nombre. Inexactitudes legales, estrategias de control, verdades falseadas que funcionan como mecanismos ambivalentes donde radica el poder.
Texto: Cristina Vasco, 2011